Autora: Lourdes Hernández
Ahorro en alimentos:
Comprar alimentos es uno de los mayores gastos de la familia, pero también es el rubro donde más se puede ahorrar. La alimentación consciente es la clave para la buena salud, y ésta es una inversión porque reduce facturas médicas. Sigue estos pasos:
- Planifica el listado de compras: qué necesitas y qué le gusta a la familia.
- Protege a los tuyos con alimentos saludables, orgánicos, locales. Que los platos sean variados como el arcoiris.
- Haz las compras una vez a la semana ajustando los menús para evitar el desperdicio.
- Evita dulces, comida chatarra, alimentos muy procesados e importados.
- Reduce la carne roja y el pollo y alterna con pescado, hongos, granos integrales. Que haya balance cada día. ¡Reduce las porciones!
- Compra al granel, pide canastas a proveedores sostenibles, aprovecha las ofertas.
- Lleva comida hecha en casa a tu trabajo y envía loncheras sustanciosas a los niños.
- Ten una huerta en casa, no improvises, aprende a cocinar pues ese (y el ejercicio físico) es el secreto para adelgazar.
Ahorro en la casa:
Mantener la vivienda es indispensable para vivir bien. Para evitar el malestar de la limpieza maratónica, el deterioro y consecuente incremento de gastos, realiza a diario lo siguiente:
- Tiende la cama. Es una tarea de cinco minutos que automáticamente arregla la habitación y te llena de ánimo.
- Lava los platos después de cada comida. Si se apilan pueden aparecer hormigas o cucarachas además de la imagen de desorden y desolación que provocan.
- Revisa en la refrigeradora aquello que está por caducar, aprovéchalo y ahorra. Mantenla limpia.
- Limpia el baño y abre las ventanas y puertas para que circule el aire y se renueve. Así huele a limpio, se reducen la humedad, los virus y gérmenes.
- Pasa el trapo de polvo, el trapeador y la aspiradora o escoba por un cuarto cada día.
- Clasifica los desechos adecuadamente. Encuentra lugares para entregar el reciclaje y trata de reducir los contenedores y empaques. De preferencia reutiliza envases o compra al granel.
- Una vez por semana revisa goteras, fugas de agua, artefactos dañados.
- Una vez al mes, revisa y repara aberturas en las paredes, manchas en la pintura, cuida los exteriores de la casa, incluido el jardín.
- Mientras menos tereques, adornos, mejor. Vende los que no te gustan y no compres más. Así ahorras en dinero, tiempo en la limpieza y abres espacio para apreciar lo que realmente te gusta.
- Siempre cabe la posibilidad de compartir la casa con alguien, poner en alquiler una habitación y recibir un ingreso como se hace con Airbnb. Finalmente, puedes volver a casa de tus padres y gastar cero en vivienda.
Fuente: la vanguardia, BMI ahorro,
Ahorro en el trabajo:
Salir de casa es sinónimo de gasto, aún si uno va a trabajar. “Todo cuesta”, es lo que decimos. Aquí te recomiendo algunas formas de ahorro:
- Hacer teletrabajo al menos un día a la semana. Si se puede, más.
- Hacer un pull de colegas para no ir en carro o taxi cada día.
- Desayunar bien por salud y por ahorro.
- Llevar comida de casa para almorzar. Salir a caminar por los alrededores para cambiar de panorama, no para gastar.
- Tomar café en la oficina. Lleva el café que te gusta, el té que prefieres, pero no salgas a comprar.
- Vestir de manera profesional sin lujos ni con prendas caras. Organiza tu ropero con atuendos básicos que puedas variar. La ropa es uno de los principales contaminantes del planeta y si no controlamos, nos quita gran parte de nuestro ingreso.
Ahorro cuando salgo a divertirme:
Como trabajamos duro nos sentimos en la necesidad de salir a desfogarnos cada tanto, a veces en exceso. Divertirse tiene muchas puertas, una de estas es salir a la naturaleza a hacer ejercicio lo que nos da salud y ahorro. Aquí otras ideas:
- Ir al cine o ver películas en casa.
- Una cena al aire libre.
- Caminar por un barrio acogedor, tomar un café o un helado.
- Encontrar actividades gratuitas como museos, paseos a pie o en bicicleta, actos culturales.
- Invitar amigos a la casa con la consigna de llegar cada uno con algo de comer y beber.
- Quedarse en casa con ropa cómoda, con tu mascota, leyendo un libro.
- Pasar un fin de semana en una hostería o glumping sin internet, totalmente desconectados.