¿Alguna vez has sentido que, por mucho que lo intentes, es imposible encontrar formas de ahorrar dinero? Tienes buena intención y tratas de gastar menos, pero siempre surge algo. La vida se interpone en el camino -el auto necesita llantas nuevas, tu hijo necesita ortodoncia, la casa necesita un arreglo- y, así, el ahorro pasa a un segundo plano. ¿Te resulta familiar?
La verdad es que no es necesario que todo se alinee perfectamente por arte de magia antes de empezar a ahorrar dinero. Si esperas a que llegue el “momento adecuado”, nunca llegará. El mejor momento para empezar a ahorrar es ahora mismo.
La buena noticia es que hay un montón de formas sencillas de ahorrar dinero y dar un poco de aire fresco (y dinero fresco) a tu presupuesto. Te damos 17 consejos para ahorrar dinero que te ayudarán a ajustar tus gastos y a ponerte en marcha para ahorrar dinero en poco tiempo.
- Di adiós a las deudas.
Los pagos mensuales de las deudas son el mayor problema a la hora de ahorrar. Las deudas te roban tus ingresos. Así que ya es hora de que te deshagas de esas deudas. La forma más rápida de pagar las deudas es hacer un inventario y comenzar a hacer pagos de la deuda más cara a la más barata. Suena un poco intenso, ¿verdad? Una vez que tus ingresos se liberan, finalmente puedes utilizarlos para avanzar hacia tus metas de ahorro.
- Reduce tu presupuesto de alimentación.
La mayoría de las personas -después de hacer un presupuesto- se sorprenden al descubrir cuánto están gastando realmente en el supermercado. Es muy fácil recorrer esos pasillos, coger una bolsa de galletas por aquí y unas cuantas bolsas de papas fritas por allá, y luego completarlo con las golosinas de la caja. Pero esas pequeñas compras (también conocidas como “rompe-presupuestos”) suman bastante y acaban haciendo saltar el presupuesto cada mes.
Ahorra dinero en los comestibles planificando tus comidas cada semana y echando un buen vistazo a lo que ya tienes en tu despensa antes de ir a la tienda. ¿Por qué querrías comprar más de lo que ya tienes? Y si realmente quieres ceñirte a tu lista, deja a los niños en casa.
- Cancela las suscripciones y membresías automáticas.
Lo más probable es que estés pagando varias suscripciones como Netflix, Spotify, Disney, membresías de gimnasio, etc. Es hora de cancelar las suscripciones que no usas regularmente. Y asegúrate de desactivar la renovación automática cuando hagas una compra. Si la cancelas y decides que no puedes prescindir de ella, suscríbete de nuevo, pero solo si se ajusta a tu nuevo y mejorado presupuesto.
Y en el caso de las suscripciones que quieras mantener, piensa en compartirlas con algún familiar o amigo. Muchos servicios de streaming, como Netflix y Disney, te permiten ver tus programas favoritos desde dos o más pantallas (con una cuenta familiar). Así, todos ganan y ahorran.
- Compra genéricos.
Sin lugar a dudas, una de las formas más fáciles de ahorrar dinero es prescindir de las marcas comerciales. En la mayoría de los casos, lo único que es mejor de los productos de marca es el marketing. Es decir, ¡mira esa caja! El logotipo es muy elegante. Y ahí se acaba todo. Las marcas genéricas de medicamentos, alimentos básicos, artículos de limpieza y productos de papel cuestan mucho menos que los de marca, y funcionan igual de bien.
- Elimina la televisión por cable.
No es ningún secreto que los precios del cable son altos. El precio promedio mensual de la televisión por cable es de unos $40 al mes, es decir unos $480 al año. El cable no es la única forma de ver tus programas favoritos hoy en día. Descubre cómo ahorrar con alternativas al cable, como las aplicaciones de las cadenas y los servicios de streaming.
Pero recuerda: sólo suscríbete a los servicios de streaming que realmente vayas a utilizar. Si te suscribes a todo lo que hay, ¡podrías terminar gastando más que el cable!
- Ahorra dinero automáticamente.
¿Sabías que puedes ahorrar dinero sin pensarlo? Sí, puedes configurar tu cuenta bancaria para que transfiera automáticamente fondos de tu cuenta corriente a una cuenta de ahorro cada mes. Puedes configurar para que se transfiera automáticamente el 10% de tu sueldo a una cuenta de ahorros.
- Gasta los ingresos extra o inesperados con prudencia.
Cuando recibas una bonificación del trabajo, una herencia o una devolución de impuestos dale un buen uso. Si todavía tienes deudas, será mejor que utilices esos fondos para pagar tus préstamos estudiantiles o el saldo de tu tarjeta de crédito en lugar de guardar ese dinero. Si no tienes deudas, utiliza ese dinero extra para crear un fondo de emergencia.
- Reduce los costos de energía.
¿Sabías que puedes ahorrar dinero en la factura de la luz con sólo hacer unos cuantos retoques en tu casa? Empieza con algunas cosas sencillas como ducharte en menos tiempo, arreglar las tuberías que gotean, lavar la ropa con agua fría, instalar interruptores reguladores y bombillas LED.
Aunque los nuevos electrodomésticos de bajo consumo son una buena forma de ahorrar dinero en la factura eléctrica, ¡son caros! Pero si lo incluyes en tu presupuesto mensual, puedes ahorrar y pagar en efectivo esas mejoras con el tiempo.
- Lleva el almuerzo (y come en casa).
Comprar el almuerzo un par de veces a la semana puede parecer inofensivo en el momento (sobre todo cuando tu restaurante favorito está a poca distancia de tu oficina), pero puedes ahorrar bastante dinero sólo tomando la decisión de llevar tu almuerzo.
Y no sólo eso, sino que muchas veces puedes comprar la comida de toda una semana por el mismo precio que dos cenas fuera. Prepara tu comida en casa y ve cómo tus ahorros se acumulan mes tras mes.
- Pregunta por descuentos.
Nunca se sabe hasta que se pregunta, y siempre hay que preguntar. La próxima vez que vayas a comprar entradas para un cine, un museo o un evento deportivo, comprueba si tienen descuentos especiales para personas mayores, estudiantes, niños, etc.
- Reduce tu factura de celular.
Si tu factura mensual de celular compite con tu presupuesto mensual un gasto necesario, es hora de encontrar formas de reducirla. Ahorra dinero en tu servicio de telefonía móvil deshaciéndote de extras como los costosos planes de datos, minutos de llamadas que no usas, etc. Y no tengas miedo de regatear o cambiar de proveedor, pero el ahorro merece la pena.
- Intenta congelar los gastos.
No compres nada que no sea esencial durante una semana, o incluso un mes. Piense en ello como un reto de satisfacción. Mientras lo haces, haz un inventario de lo que agradeces cada día.
Haz que el congelar gastos funcione preparando comidas con los alimentos que ya tienes, evitando las tiendas en las que tiendes a comprar por impulso y diciendo no a todo lo que no sea una necesidad básica.
- Hazlo tú mismo
Antes de desembolsar el dinero para pagar una lámpara de lujo o una silla, piensa en hacerlo tú mismo. Por lo general, el costo de los materiales y una simple búsqueda en Google o YouTube te permitirán ahorrar mucho dinero en tu último proyecto en casa. Además, no tendrás que pagar a alguien para que haga algo que probablemente puedas hacer tú mismo. Pero si eres de los que no dan en el clavo, quizás quieras pedir ayuda a un amigo o vecino para no tener que gastar demasiado.
- Evita ir a la cafetería.
Esto es doloroso, ¡lo entendemos! Pero en lugar de gastar $3 dólares en ese café con leche diario, puedes ahorrar dinero preparando tu café en casa. No estamos diciendo que sólo debas beber café instantáneo. Pero incluso comprando una bolsa café en grano en la cafetería de tu barrio y preparándolo en casa te ahorrarás mucho dinero a largo plazo.
- Intenta unas vacaciones en casa.
Cuando tu objetivo es ahorrar dinero ahora, las vacaciones son lo peor en lo que podrías gastar tu dinero. En lugar de llevar a tu familia a Miami, intenta hacer turismo en tu propia ciudad. Esto no sólo te ahorrará cientos (o potencialmente miles) de dólares, sino que también podrás explorar tu barrio con ojos nuevos y divertirte mientras lo haces.
- Refinancia tu hipoteca.
Con tasas de interés bajas hoy en día, haz números para ver si la refinanciación puede ayudarte a ahorrar dinero y a recortar años de intereses de tu hipoteca. Ponte en contacto con tu institución financiera para ver si una refinanciación vale la pena.
- Vende todo (lo que no te da alegría).
Marie Kondo tiene la idea correcta. Desordena las cosas de tu casa que no necesitas y que estás dispuesto a dejar ir por el bien de tu futuro financiero. ¿Esa silla antigua que te regaló tu tía? Véndela. ¿Ese jarrón de cristal que encontraste en una tienda de antigüedades? Véndelo. Te sorprendería saber la cantidad de cosas que tienes en tu casa (que ni siquiera utilizas ni piensas en ellas). Y el dinero que puedes ganar con esas cosas puede ser la diferencia y generarás ingresos que puedes destinar al ahorro.
Sólo empezarás a ahorrar dinero cuando tengas hábitos financieros saludables y dejes que tus necesidades futuras sean más importantes que tus deseos actuales, es decir, cuando hagas del ahorro una prioridad.