Autora: María Emilia Romero
La etapa de la vida donde las personas adquieren un mayor grado de responsabilidad se ubica entre los 18 y 25 años, ya que se están convirtiendo en jóvenes adultos al terminar los estudios secundarios y/o universitarios, y presenciar el primer empleo.
Los jóvenes adultos como se los denomina, al encontrar su primer empleo y entrar en el mercado laboral adquieren cierto grado de independencia financiera, pero si no cuentan con conocimientos sobre cómo controlar sus ingresos y gastos y cómo sacar provecho a su salario, pueden caer en un desequilibrio financiero.
Cabe mencionar que, el adquirir independencia financiera parcial no involucra independencia personal, ya que muchos jóvenes adultos aun residen con sus padres y se mantienen solteros por lo que no enfrentan todos los gastos que la vida adulta implica, por ejemplo, pago de arrendamiento, de servicios básicos, de internet, de movilización, de alimentación entre los principales rubros.
Durante esta etapa de vida, es importante que los jóvenes adultos empiecen a dar pasos de ahorro más sólidos para convertirlos en realidad colocando en una lista las prioridades presentes y futuras que envuelven la vida adulta, minimizando los gastos, evitando los gastos innecesarios y el endeudamiento.
Es importante que los jóvenes destinen un porcentaje de los ingresos para el entretenimiento y la recreación, pero es más importante ahorrar una mayor cantidad dinero para invertirlo en estudios de posgrado, aparatos electrónicos, viajes. Algunos métodos más utilizados para incentivar el ahorro en los jóvenes adultos involucran cuentas de ahorro, ahorro en efectivo más el apoyo de los padres, y el generar ingresos extra independientes al salario laboral.